Algunas empresas conciertan acuerdos con determinados empleados (por lo general, con empleados de altas jerarquías), por los cuales la empresa se compromete a pagar al empleado un determinado sueldo neto, independientemente de las retenciones que tenga que hacerle al empleado por distintos motivos (por ejemplo, en concepto de aportes a la Seguridad Social, Impuesto a las Ganancias, etc.).

En estos casos, por lo general, la empresa se hace cargo de compensar todas las retenciones del empleado y se obliga a pagar la cifra neta acordada.

En otras palabras: la empresa sabe cuánto debe pagar a su empleado en concepto de sueldo neto, pero debe determinar cuánto deberá pagar en concepto de retenciones para que el empleado reciba el sueldo neto acordado o garantizado.

El proceso de cálculo del bruto correspondiente al neto garantizado (llamado también "grossing up") puede resumirse como un cálculo que debe realizar el empleador para compensar las retenciones que debe efectuar al empleado.